lunes, 15 de agosto de 2011

La respiración mística (serie)

Hay una mística cósmica asociada a la respiración

Por mucho que se organice tecnológicamente la humanidad, el impulso del pensamiento abarca menos. El hombre respira menos y peor, lo cual es sinónimo de que el hombre piensa cada vez menos y peor.
El ratio de la inhalación no abarca ni este universo, mundo, naturaleza, humanidad, ni sus propios huesos. Es un respiración divorciada, rota. La respiración no tiene círculo, continuidad, generación, preservación, transformación. Por eso el hecho de respirar da pie para hablar de espíritu en su etimología.
Aliento es la respiración, como el que recibe un don, una gracia, la manera en que uno se encuentra, ya sea con un cambio de conciencia, nirvana o samadhi, ya sea un énstasis, donde uno se coloca en el campo de lo divino, y en el conjunto nadie baila para sí mismo, todos bailan igual, todos convergen.
O la respiración es un éxtasis que te saca de tu mundo, te separa de ti, te divorcia de todo. Como una perforación, penetra dentro de ti como un canal.
La respiración es como un vial. En la simbología védica se asociará con Shiva: el barquero que conduce a los dos lados de la vida, el maestro de la respiración, de los diferentes yogas. Entre estos símbolos a veces está el exhalar, asociado con morir, el proceso de la energía vital que se convierte en apana, pero también es la generación, la transformación.
Y el sol está también en la respiración como el símbolo de la combustión, la regeneración, asociado a prana, la inhalación, este lado de la orilla, y el otro apana, al otro lado de la orilla, la muerte, que tiene una asociación de continuidad.
Todo ello asociado con una mística cósmica: Rudra, Pashupati, Mahadeva, Svayambu, Shankara: SHIVA.
Para el yoga este principio cósmico tiene un nombre que está siempre magnetizando según a qué se refiere: Adinatha. Los yogis provienen siempre de este primer Guru. Este principio cósmico, divino, supremo, que tiene que ver con el proceso metabólico hasta de una simple medusa, de prana a apana, de la luna al sol, de Jivatma a Paramatma. Es Adinatha un gran maestro, un gran controlador en el cual te conviertes si aprendes de ello, si lo estudias.


Swami Shankaratilakananda
La respiración mística

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